El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
La minería andaluza clave en el desarrollo tecnológico europeo

La situación (planetaria) actual que estamos viviendo referente a los recursos minerales, especialmente aquellos que se clasifican como críticos y estratégicos para la Unión Europea, no difiere mucho de lo vivido por aquellas civilizaciones que empezaron a usar el sílex para cortar, la arcilla para fabricar vasijas o más tarde, el cobre para forjar puntas de flecha. Todos y cada uno de estos utensilios fueron claves para el desarrollo humano y fabricados con aquellas materias primas minerales que encontraron, en un primer momento, en el terreno que habitaban. La experimentación con aquellas materias primas, y su uso continuado en la fabricación de utensilios cada vez más sofisticados, resistentes y funcionales, no sólo revolucionaron los medios de producción, los sistemas de organización y las formas de trabajo en cada momento, sino que promovieron la búsqueda de esos mismos minerales en otros lugares y con ello, la conquista y ocupación de nuevos territorios.
Sin ir más lejos, nuestra tierra, Andalucía, ha sido testigo de interés por parte de muchas civilizaciones que vinieron buscando esas materias que ya conocían y les eran de vital importancia para su supervivencia. La diversidad geológica y riqueza minera de nuestro territorio, fueron una buena combinación para atraer a aquellos pueblos que exploraron nuestras tierras buscando minerales, al mismo tiempo que transfirieron en cada momento sus “avances tecnológicos”: tartesios, fenicios, helenos, cartagineses y romanos, se sucedieron en el tiempo ocupando el territorio andaluz en busca de los preciados metales, dejando una impronta en el terreno hoy día fácilmente reconocible, tanto en forma de explotaciones mineras como de trabajos menores de reconocimiento sobre el terreno. En los siglos venideros los periodos de esplendor minero y desarrollo económico, se alternaron con etapas de depresión productiva y crisis económica, y no será hasta los siglos XIX y primera mitad del XX, cuando los grandes distritos mineros andaluces abastezcan a las industrias nacionales y europeas de materias primas. Tal es el caso del plomo de Linares-La Carolina o Almería, el hierro de Granada, el carbón de Córdoba o la pirita de Huelva, sustancias todas ellas altamente demandadas entonces por la industria y, por tanto, las materias primas críticas del momento, procedentes de los importantes yacimientos mineros de Andalucía. No olvidemos que el primer alto horno español se instaló en Marbella, y que en Huelva se estableció una industria química sustentada en el aprovechamiento de las piritas, españolas y europeas.
Pero volvamos al momento actual. La industria del siglo XXI nos plantea en estos momentos un gran reto tecnológico. En un mundo donde las tecnologías avanzan a gran velocidad, la búsqueda de metales que sostengan este crecimiento de forma continuada es más crítica que nunca. El desarrollo tecnológico conocido como verde o limpio se fundamenta en el uso creciente de una amplia variedad de materias primas, algunas de las cuales son consideradas críticas por la UE. Dicha criticidad es el resultado de la combinación de la importancia económica de esa sustancia, con el riesgo asociado a su suministro. Al no tener asegurado el abastecimiento de estas materias primas minerales, y depender en gran medida de las importaciones procedentes de terceros países, su escasez puede tener un gran impacto en las cadenas productivas de las industrias europeas. Se trata de una lista de 34 sustancias, muchas de las cuales son altamente demandadas por los principales sectores estratégicos en Europa, como las energías renovables o la movilidad eléctrica. Elementos del grupo del platino, tierras raras, litio, cobalto, wolframio, cobre, níquel y estroncio, entre otros, son indispensables en la fabricación de aerogeneradores, baterías para coches eléctricos o imanes industriales más eficientes y sostenibles.
Con el objetivo de promover la autosuficiencia y la diversificación del abastecimiento, en la primavera de 2024 entró en vigor la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales (Critical Raw Materials Act), que impulsa la extracción de recursos europeos; entre sus objetivos está que al menos el 10% de los recursos minerales que se consuman en la UE sean extraídos en su territorio. Ante este nuevo panorama, parece lógico plantearnos qué recursos tenemos en nuestro propio territorio y cuáles podemos aportar de aquellos que son indispensables para mantener e impulsar la revolución tecnológica que estamos viviendo.
Es el momento de preguntarnos ¿Qué papel puede jugar Andalucía en el binomio desarrollo tecnológico y sostenibilidad europea? ¿En qué medida puede nuestra comunidad autónoma abastecer de materias primas críticas a Europa? ¿Sabemos cuál es el potencial de nuestro territorio de estas sustancias?
En el contexto actual, nuestro futuro no puede ser más esperanzador. Para satisfacer la demanda de materias primas por parte de Europa, Andalucía cuenta con un potencial constatado gracias al profundo entendimiento de su geología y los recursos asociados a ella. Tras décadas de colaboración entre la Junta de Andalucía y el Instituto Geológico y Minero de España (CSIC), en Andalucía se ha conseguido un conocimiento preciso, sobre el que se sustenta hoy día el desarrollo sostenible de la minería andaluza. Andalucía es la primera, y hasta el momento la única comunidad autónoma que posee una cartografía de minerales críticos: sobre una base geológica simplificada se han representado todos los indicios de los minerales críticos reconocidos en Andalucía, utilizando una simbología que incluye información relativa a la localización e identificación, datos geológicos y metalogenéticos, tipo y características de las explotaciones, potencial minero, sustancias explotadas, etc. También se recoge la información histórica, además de nuevos datos procedentes de actualizaciones de proyectos. El resultado es el “Mapa de Minerales críticos de Andalucía” elaborado a escala 1:400.000, un documento de público acceso y gran calidad científica.
De un solo vistazo, podemos visualizar la presencia de catorce minerales críticos en nuestra región, todos ellos indispensables para el desarrollo de las tecnologías del siglo XXI: antimonio, barita, bismuto, cobalto, estroncio, fluorita, fosforita, grafito, litio, platinoides, tierras raras, titanio, vanadio y wolframio.
Aun siendo todos estos minerales críticos, el mapa nos muestra ciertas diferencias entre ellos. Mientras que hay algunos de ellos con gran presencia y una amplia dispersión geográfica, la gran mayoría aparecen concentrados en determinadas zonas, como singularidades del terreno y de la geología a la que se asocian. En el primer caso tenemos a la fluorita y la barita, con presencia prácticamente en todas las provincias y con una alta densidad de puntos. Por el contrario, metales como el litio, el wolframio, los platinoides o el estroncio, por mencionar algunos, aparecen en zonas concretas, dentro de determinadas provincias. Así, el litio sólo ha sido encontrado en Almería, altamente concentrado en las aguas de un acuífero geotermal localizado en el término municipal de Cuevas del Almanzora; el estroncio, prácticamente se encuentra sólo en Granada, asociado a las calizas y margocalizas neógenas con niveles de celestina, con dos explotaciones activas, las únicas en toda Europa. Por su parte, los platinoides están asociados a las peridotitas de Sierra Bermeja en Málaga y se conocen algunos indicios de wolframio en relación con los afloramientos graníticos al norte de la provincia de Córdoba. Respecto al cobre, no representado en el mapa al no considerarse crítico hasta el año 2023, justo después de la publicación del mapa, debemos mencionar que somos los principales productores de este metal, gracias al depósito gigante de la Faja Pirítica de Huelva.
El Mapa de Minerales Críticos de Andalucía es la primera cartografía que de forma pionera ha impulsado una administración regional, la Junta de Andalucía, gracias a la cual podemos constatar que el territorio andaluz contiene numerosos y variados minerales críticos que, junto a su marco geológico, le confieren un indudable interés y potencialidad metalogenética. Esta cartografía evidencia un conocimiento de todo punto necesario, pues permite delimitar aquellas zonas donde focalizar los estudios de mayor detalle, así como planificar cualquier actuación sobre el terreno, ya sea de tipo exploratorio o extractivo, tanto por parte de las administraciones públicas como de iniciativas privadas.
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
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